A nadie le cabe duda (y menos a los seguidores de este blog) de la importancia de la limpieza en un restaurante y, en general, en cualquier establecimiento dedicado a ofrecer comida a sus visitantes.
Pero hay un punto en el que la limpieza se torna más personal, y el contacto es todo lo íntimo y físico posible: las servilletas, ese elemento de higiene tan imprescindible pero tan ignorado, a pesar de estar destinado a limpiar nuestros labios, dedos y (ojalá que no) nuestra camisa.
Tipos de servilletas
Podría hacerse toda una catalogación de locales en función del tipo de servilletas, y de la importancia y presentación de estas.
- Empezando por la escala más básica tendríamos las simples y baratas servilletas zig-zag de una capa, presentadas en servilletero y plegadas para de alimentación contínua, propias de establecimientos de comida rápida.
- Después tenemos un grado superior, de servilletas de una o dos capas, presentadas en sobremesa, individuales. Aportan un grado más de calidad y empiezan a parecerse a la idea tradicional de una servilleta. Las encontramos en todo sitio de comidas común.
- Por encima de estas, las servilletas de triple capa, que por presencia, grosor y texturizado consiguen un plus especial, dado que unen por un lado la experiencia táctil y de uso de una servilleta de tela, con la higiene y ventajas de una de papel. Las veremos en locales de todo tipo, incluso de alto nivel.
- Por último, las servilletas de tela, que sin duda alguna transmiten de un modo inconsciente que estamos en un restaurante de otro rango, y que por presencia, calidad y calidez, y modo de uso, son la elección más distinguida.
La elección de cada una de ellas está hablando de tu local diciendo al cliente qué grado de atención pones al momento de limpiarse. Cada una de ellas tiene sus ventajas e inconvenientes.
Qué hay que considerar al elegir servilletas
Hay varios factores a tener en cuenta cuando nos dispongamos a equipar nuestro local respecto a las servilletas.
El coste. Quizá el más importante, la diferencia de precios de unas respecto a otras. Las servilletas incrementan su precio en función de su calidad, y aunque no suelen ser en absoluto un gran desembolso, sí que es constante. Mención aparte merecen las de tela, que al ser reutilizables habrá que considerar solo una compra inicial, pero también limpieza y cada cierto tiempo reposición.
La preparación y uso. Hay que considerar la logística en sala propia de cada tipo: almacenamiento, recargar servilleteros en las presentadas así, el tiempo de colocación a mano de las que son individuales, o en el caso de las de tela añadir la recogida sucias, lavado y planchado.
Consideraciones ecológicas. Entramos en un tema personal que comienza a considerarse, y del que podríamos hacer un artículo aparte. ¿Reutilizar las de tela, o desechar constantemente las de papel? Es un asunto que para muchos importa.
Eficacia de uso. Nada limpia mejor que una buena servilleta de tela (eso sí, siempre limpia, con un detergente enzimático adecuado que no deje restos orgánicos ni manchas), las de papel simil tela le siguen de cerca, y después hay una cascada descendente hasta las servilletas «seda» de bar casi impermeables que no limpian apenas y todos conocemos.