El 7% de las toxiinfecciones alimentarias es debido a una limpieza y desinfección insuficiente.
El mantenimiento de los establecimientos destinados a la alimentación en buenas condiciones de higiene resulta fundamental para evitar la contaminación de los productos alimenticios.
La limpieza es el proceso por el que se elimina la suciedad orgánica e inorgánica de las superficies. Pero existe otro proceso igual de indispensable, que se caracteriza por ser el gran olvidado; la desinfección.
La limpieza y la desinfección son dos procesos distintos y complementarios, claves por igual en la industria alimentaria.
Recordemos que el objetivo de limpiar es eliminar la suciedad y materia orgánica de las superficies, de forma que posteriormente pueda realizarse una desinfección efectiva.
Antes de aplicar una solución desinfectante, las superficies deben ser limpiadas correctamente con detergentes, para permitir que el desinfectante pueda entrar en contacto directo con los microorganismos patógenos específicos.
Por lo tanto, el objetivo de los procesos y prácticas de limpieza es eliminar los diferentes tipos de suciedad, ya sea restos de alimentos, grasa, polvo, productos de desecho, etc.
¿Pero por qué es tan importante desinfectar?
La proliferación de las bacterias se produce a gran velocidad y la transmisión de éstas es muy fácil: puede producirse al simple contacto con las superficies y sin que nos demos cuenta, facilitando la propagación de enfermedades y contagios. El uso de los limpiadores habituales no consigue eliminar totalmente las bacterias, por lo que es recomendable desinfectar con cierta frecuencia.
¿Sabías que…?
Un solo microbio, en condiciones ideales, es capaz de formar una colonia de billones de miembros en solo 24 horas.
Con la desinfección eliminaremos los microorganismos de superficies y equipos hasta un nivel adecuado para garantizar la inocuidad de los alimentos y evitar su alteración. Así pues, el objetivo de la desinfección es eliminar todos los microorganismos patógenos y reducir la presencia de microorganismos no patógenos hasta niveles que no puedan alterar la calidad y vida comercial de los productos.
¿Cómo definimos los detergentes?
Un detergente es una sustancia química que se usa para eliminar la suciedad y la grasa de una superficie antes de desinfectarla. En establecimientos alimentarios se recomienda utilizar detergentes en forma de espuma o gel y que no salpiquen.
¿Y los desinfectantes?
Un desinfectante es un agente químico que se aplica a materiales no vivos para eliminar microorganismos en el medio ambiente, a un nivel que no comprometa la inocuidad ni la calidad de los alimentos.
Como hemos mencionado, mediante la desinfección se consigue eliminar los microorganismos patógenos y se reducen los microorganismos alterantes hasta un nivel seguro.
Todos los detergentes y desinfectantes empleados deben estar autorizados para su uso en la industria alimentaria y contar con unas instrucciones de aplicación en las que se indique el grado de dilución y los tiempos necesarios para su actuación y el agua que se emplee debe ser siempre potable desde el punto de vista microbiológico.
Los desinfectantes de Pemece
Cida Lan:
Es una solución neutra altamente concentrada, muy eficaz en la desinfección de cualquier tipo de suciedad en cualquier tipo de superficie. Poder espumeante moderado.
Cidarel:
Es un desengrasante desinfectante ligeramente alcalino y altamente concentrado. Muy eficaz en la eliminación de suciedades de naturaleza proteica, pigmentos, grasas y aceites requemados, en todo tipo de superficies, maquinaria e instrumentación. Poder espumeante moderado.
La diferencia destacable entre estos dos productos es que Cidarel está probado para superficies sucias, por lo tanto, limpia y desinfecta. Mientras que Cida Lan, únicamente desinfecta, está probado para superficies previamente limpias.